martes, 7 de mayo de 2013

Sistemas de pensamiento

Hesíodo propuso una explicación mitológica del mundo

    Entorno al año 700 a.C. hubo un hombre, que vivía cerca de la polis griega de Tebas, que se propuso hacer una obra exponiendo el origen del mundo tal como él lo entendía, es decir, basándose en la mitología de su tiempo. Su nombre era Hesíodo, y su libro fue llamado La Teogonía. Se propuso explicar como fue el principio de los tiempos, y como fueron apareciendo todos los dioses, desde los más importantes hasta acabar por los más secundarios. Y el origen del mundo se remonta a la unión de Gea, la tierra, y Urano, el cielo.

     Pero Hesíodo se dio cuenta de que no tenía sentido comenzar directamente así cuando precisamente hay un dios de la unión amorosa: Eros. Así pues, reformuló el principio de su obra, y comenzó así: ''En un principio sólo había el caos. Después Gea, la de amplio pecho, y el Tártaro. Y después, Eros.'' A pesar de ser un dios menor, Hesíodo comprendió que para que su obra guardara una lógica debía colocarlo al principio. Esa lógica es un sistema de pensamiento.

    Pero pronto otros pensadores quisieron seguir la línea de Hesíodo y explicar el mundo de una nueva forma, basándose cada vez menos en el mito y más en en el logos. Se intentó explicar el mundo a partir del fuego, del agua... Eran nuevos sistemas de pensamiento. Es lo que se conoce como el paso del mito al logos. Habitualmente, logos se traduce como ''estudio de'', ''discurso racional acerca de algo''. Pero el término también se asocia al orden interno de las cosas, y también a su significado. En definitiva, el palabro tiene un significado amplio y no se corresponde con una palabra concreta del castellano. Podríamos decir que se corresponde en general con un discurso racional o sistemático acerca de algo. Pero aún así, creo que no lo abarcaría del todo bien.

    Claude Levi-Strauss, el célebre antropólogo, diferenciaba entre el pensamiento más mágico o salvaje y el científico. Creo que se trata de una distinción aplicable al caso. Se trata en general del pensamiento científico, el que en teoría caracteriza a las ciencias en la actualidad, como la biología o la psicología. O al menos debería caracterizar.

Jean Piaget
    Jean Piaget, otro célebre pero esta vez psicólogo, de Ginebra, decía que el pensamiento científico, que él denominaba formal, era el resultado de un proceso de desarrollo a lo largo de los 16 primero años. El niño iría construyendo su inteligencia a partir del simple tanteo sensoriomotor (es decir, descubrir las propiedades sensoriales y motoras, como el peso, el tacto o la manera de moverse de una pelota). A partir de ahí se iría abstrayendo la estructura del mundo, a base de experimentar y adaptar la inteligencia al entorno que le rodea. Así, el niño acabaría por alcanzar nociones como la reversibilidad de las transformaciones o la conservación de la materia, que le llevarían a alcanzar la estructura abstracta del mundo, el pensamiento formal.

   Si asumimos eso, nos vemos en un aprieto, pues, ¿como explicamos que los griegos tardaron siglos en alcanzar dichas formas de pensamiento? O, en general, ¿cómo explicamos que en unas época predomine un pensamiento más formal y en otras uno más mitológico? Lev Vygotsky, el ruso denominado Mozart de la psicología (porque hizo una teoría que nos dejó a todos boquiabiertos y al poco murió), tiene una propuesta que tal vez se ajusta más a este problema: para él el pensamiento científico es una construcción social, y se inculca a través de la interacción social con los demás individuos del entorno. Una vez una sociedad alcanza el pensamiento científico, sus nuevos individuos lo aprenden.

    Pero para Vygotsky también se trataba de una estructura abstracta que los individuos podían alcanzar o no. Planteaba una barrera insalvable entre dos formas mutuamente excluyentes de pensamiento, y aunque solucione un poco mejor que Piaget el mencionado problema histórico, sigue poniéndonos en un aprieto, pues parece que unas culturas poseen formas superiores de pensamiento y otras no.

   Como a Piaget no le dio para más su teoría, y a Vygotsky tampoco le dio mucho tiempo, tuvimos que esperar a una nueva generación de psicólogos para que nos sacaran del aprieto. Se trata del enfoque de la lingüística funcional o cognitiva, o también enfoque basado en el uso. Aunque su representante más claro es Michael Tomasello, en el instituto de antropología de Leipzig (Europa apunta alto en estos temas), tenemos aquí un abanico de investigadores. La idea general es que los humanos se comunican de manera natural, y que en dicho proceso van creando y moldeando un lenguaje que les sirve a sus propósitos. Así, los esquimales necesitan distinguir numerosos tipos de blancos, pero los gallegos distinguimos tropecientos tipos de lluvia. Y el mismo principio es aplicable a las estructuras sintácticas.

    Es decir, que para estos enfoques la cuestión no está en si se alcanza o no unas estructuras abstractas para explicar el mundo, sino que sencillamenye el lenguaje (que, como decía Vygotsky, moldea la manera de pensar de los niños) se adapta a las distintas necesidades, que varían histórica y geográficamente. Por eso se llama enfoque basado en el uso, en el uso del lenguaje, por contraste con el alcanzar las mencionadas estructuras abstractas o de carácter científico. Así, no es problemático asumir la variedad de culturas y maneras de pensar existente en el mundo, y abandonamos aquel etnocentrismo por el cual el pensamiento racional es el superior, y propio de la civilización occidental.

   El lenguaje y el pensamiento solo son adaptaciones desarrolladas para diferentes entornos. Es, en este sentido, como la arquitectura: En Castilla, se hacían las casas con adobe, mientras que en el norte de España se hacían con granito o la piedra de la zona. Tal vez no debamos de creer que Hesíodo tuviera una manera de pensar errónea sólo porque no sea científica. Tal vez no haya que mirar por encima del hombro al pensamiento mitológico. Actualmente, se valora la ciencia como la verdad absoluta, mientras se ve claramente como, desde luego, no nos hace felices.

Libros de interés:

Hesíodo: ''La Teogonía''
Vygotsky: ''Pensamiento y lenguaje''
Piaget: ''El nacimiento del símbolo en el niño'' o ''6 estudios de Psicología''
Tomasello: ''Los orígenes culturales de la cognición humana'' o ''Constructing a language: a usage-based theory of language acquisition''.

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