Mark H. Bickhard |
El interactivismo, sin embargo, no comenzó con semejante propósito, ni tampoco con el objetivo de darle un giro a esos principios tan ampliamente aceptados. En lugar de eso, se ha desarrollado en un coherente -y consistente- proceso de crecimiento a partir de esos supuestos. De modo que los principios dominantes son inconsistentes con aquellos que yo elegí defender, encontrándome así con que ni podía abandonar estos ni criticar y sustituir aquellos. No había otra opción; los modelos deben integrarse para dar cuenta de los fenómenos observados, pero los modelos disponibles en la literatura no podían integrarse con el que yo había desarrollado (por la inconsistencia de los principios subyacentes), y por tanto la imposibilidad de integrarlos debía contar como argumento a favor de una u otra de las teorías en cuestión.
Como estoy convencido de que los supuestos que enmarcan el modelo interactivista son correctos, y en las últimas décadas me he convencido aún más, mi decisión ha sido trabajar en dicho modelo hasta dar cuenta de los fenómenos observados.